Seguramente no has escuchado hablar del concepto “ciudad de 15 minutos” o “ciudad del cuarto de hora”, por lo que en este artículo te contaremos de qué se trata y lo que se pretende lograr con la misma.
Este concepto de ciudad va en dirección opuesta a la planificación urbana de los últimos 100 años, que separaba el espacio residencial del trabajo, la industria, el comercio minorista, y el entretenimiento.
El término, acuñado por Carlos Moreno, director científico y catedrático de Emprendimiento, Territorio e Innovación (ETI) de la Universidad Sorbona, de París, surge como una respuesta original al problema del cambio climático.
¿Cómo es exactamente esta ciudad?
Es una ciudad con barrios, donde puedes encontrar lo que necesitas a 15 minutos de tu hogar, por lo que la condición es moverse a pie o en bici. El objetivo es crear microciudades autosuficientes dentro de la gran ciudad y generar una disminución de los desplazamientos forzados en las ciudades actuales.
Este modelo se está implementando en París desde este año como parte del plan de la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, desde antes de que se desatara la pandemia del coronavirus, para reducir la contaminación y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Así mismo, varios urbanistas indican que en las nuevas ciudades post pandemia, basadas en el modelo de 15 minutos de proximidad, el espacio público será fundamental, pues es allí donde la gente preferirá encontrarse tras el prolongado periodo de confinamiento.
Crono urbanismo en la ciudad de 15 minutos
La ciudad de 15 minutos recoge varios enfoques, destacándose por encima de todos el crono urbanismo, un concepto complementario a la movilidad que se podría definir como la manera en que el urbanismo diseña y desarrolla las ciudades, teniendo siempre en mente que sus ciudadanos puedan aprovechar el máximo de tiempo, y no perderlo en atascos o viajes largos.
Según Moreno, este modelo de ciudad permite romper con el círculo vicioso de la gran metrópolis en la que se producen desplazamientos obligados de millones de personas muy temprano a la mañana y al final de la tarde, y que van “apiñados” en el transporte público, lo que se desaconseja en periodo de pandemia.
Básicamente, el modelo planteado por Moreno se pregunta cómo ofrecer a los residentes urbanos una ciudad serena, con más proximidad, menos estrés, menos horas de transporte y al mismo tiempo satisfacer sus funciones sociales urbanas esenciales.
Cronotopía
Por su parte, la cronotopía se refiere a la reutilización de los espacios con el objetivo de acceder más fácilmente a las seis funciones sociales urbanas esenciales que son: habitar, trabajar, cuidarse, aprender, aprovisionarse y descansar.
Topofilia
Desde hace unos años las ciudades han sido tomadas por los vehículos y un enorme porcentaje del espacio público ha sido dedicado a ellos restando el de los ciudadanos. Es por esto que la topofilia, uno de los pilares de la ciudad de 15 minutos, propone la apropiación de lugares por parte de los ciudadanos.
¿Cuáles son sus principales beneficios de la ciudad de 15 minutos?
Por un lado, varios estudios respaldan que cuando las personas caminan o van en bicicleta por el centro de las ciudades tienen hasta un 40% de posibilidades más de consumir que si van en coche.
Así mismo, el coronavirus está impulsado la transformación del modelo tradicional de trabajo presencial en la oficina, por lo que las ciudades de los 15 minutos apuestan por la creación de espacios de coworking que abarquen más zonas para poder atender a los trabajadores que no vivan cerca de la sede central de la empresa.
La ciudad de los 15 minutos también reduce los espacios para los coches y reestructura la movilidad, porque los bienes de primera necesidad están en un ratio de no más de 5 o 6 kilómetros. La ciudad se adapta a la persona y no al revés, por lo que existiría con este modelo una reducción importante del sedentarismo.
En este sentido, la reducción de los transportes, ya sean propios o públicos, contribuye también a una disminución importante de la contaminación acústica y la reducción de gases de efecto invernadero y CO?.
¿Qué infraestructuras necesita una ciudad de 15 minutos?
Mejorar las aceras y los carriles para bicicletas:
Durante la pandemia los medios de transporte más destacados fueron aquellos que permitían el distanciamiento social, eran sostenibles, eficientes y aliviaban la presión sobre el transporte público.
Para este modelo, entonces, es fundamental quitarle espacio a los coches, que aunque en un inicio resulte polémico, a largo plazo se traducirán en mucha mejor calidad de vida para todos.
Algunos ejemplos de ciudades que han aprovechado la oportunidad de la pandemia para mejorar este punto son: Bogotá y Berlín, que han creado carriles bici temporales; Seattle y San Francisco, que han cerrado algunas calles al tráfico permitiendo únicamente acceso a transportes públicos y servicios de emergencias y Milán y Barcelona, que han establecido planes para reubicar el tráfico.
Descentralizar los servicios básicos:
Es necesario descentralizar los servicios, asegurando que cada barrio de la ciudad tenga acceso a sanidad, mercado, educación, farmacias y parques.
Durante la pandemia, durante las fases de confinamiento estricto, muchas ciudades se vieron en la necesidad de un cambio y pusieron en marcha planes para descentralizar tanto los servicios como las tiendas de alimentación.
Asegurar zonas verdes y viviendas accesibles:
Ofertar viviendas accesibles en todos los barrios, para equilibrar la densidad de población en la ciudad, así como actualizar los planes de las ciudades adaptando zonas verdes en cada barrio, es una manera de reducir la movilidad y alcanzar la ciudad de 15 minutos.
Desarrollar la vida urbana:
es importante crear una red entre los comerciantes, residentes y otros actores que apoyen el desarrollo económico local. Una buena forma de hacerlo es creando espacios públicos de encuentro en el vecindario.
Conclusión
Según un estudio realizado por INTALINC-LAC, en Colombia, específicamente en Bogotá, el modelo de “ciudad de 15 minutos” ha ganado popularidad en los principales medios y círculos profesionales en la planificación urbana y del transporte, resaltando el papel de los viajes no motorizados y la provisión de espacios públicos e infraestructura para su apoyo en la construcción de más ciudades equitativas e inclusivas.
Sin embargo, los investigadores concluyen que aunque la descentralización es conveniente, es crucial mejorar la cobertura de más servicios en la periferia, manteniendo la interacción social y dejando a un lado el modelo de comunidades cerradas y aisladas, más dañino social y ecológicamente.